domingo, 10 de diciembre de 2017

GORILAS




  —Señor Barek, disculpe, ¿tiene un momento? preguntó Reyman situándose escasos metros, pero separado del futbolista no solo por la distancia, sino también por dos armarios con pantalones que lo miraban con unas ansias locas por partirle el cuello allí mismo, o al menos así lo percibió él.
  —Lo siento, pero el señor Ben Barek debe marcharse contestó alguien a su lado con traje oscuro y aspecto frágil. Tiene otro compromiso en breves minutos.
  —Pues me temo que tendrá que posponerlo. Será mejor que hablemos en privado.
  Para que todo el mundo pudiera ver bien la placa, la alzó de forma ostensible con su mano derecha, colocándola a escasos centímetros de uno de los gorilas. En un primer momento, el grandullón parecía con ganas de arrebatársela de un mordisco para acto seguido hundírsela en el cráneo, pero debió recapacitar de inmediato y pensarse mejor su primer impulso. Reyman agradeció el detalle. No tenía ganas de vérselas con aquellos animales.
  —¿Van a detenerlo? preguntó el mismo hombre esquelético, divertido por su propia gracia.
 —No, a menos que no disponga de cinco minutos para contestar a nuestras preguntas -contestó el inspector borrando de inmediato la imbécil sonrisa de aquel hombrecillo.
  —Está bien, cinco minutos dijo el tipo con fastidio. Abriendo una puerta en medio del pasillo, les invitó a pasar. Hablen aquí dentro.
  Ambos, policía y futbolista, se miraron unos instantes una vez dentro de la pequeña sala mientras la puerta se cerraba.


    Extracto de la novela SECRETOS BAJO LA HIERBA
    Novela escrita por Juan José Marín

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LA NOCHE

La puerta se cerró de golpe. Su cuerpo, varado en mitad del vestíbulo, se estremeció de pronto. Reyman, desorientado y asustado, buscó...